foto: William C. Gordon (c) Marcelo Lombardi |
(Buenos Aires) Araceli Otamendi
Conocí al escritor norteamericano William C. Gordon en Buenos Aires hace unos años cuando vino a raíz de la publicación de una novela policial: Duelo en Chinatown. Luego, cuando salió publicada su segunda novela, El rey de los bajos fondos, lo entrevisté vía correo electrónico también para la revista Archivos del Sur. Posteriormente, presenté junto a William C. Gordon y el editor Alberto Troisi, de Ediciones Océano, esa novela policial en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. En diciembre de 2012, el escritor vino a Buenos Aires con motivo de la publicación de otra novela policial: El enano. Acerca de este personaje, el enano que da título al libro, William C. Gordon había escrito una primera novela que mantuvo guardada en un baúl, aconsejado por su esposa, la escritora Isabel Allende. Pero el personaje de Dusty Schwartz, el enano, no dejaba tranquilo al autor, quien se decidió finalmente a sacarlo a la luz en una nueva novela. En esta nueva entrevista, William C. Gordon cuenta qué fue lo que lo motivó a escribir la novela y la conexión del personaje del enano con la figura de su padre.
Entrevista a William C. Gordon
Pregunta:- ¿Qué lo motivó a escribir la novela El enano? ¿por qué
puso como personaje a Dusty Schwartz, el enano?
Respuesta:- Cuando escribí mi primera novela, hace más de diez
años, el enano era uno de los personajes. No sé por qué escribí sobre un enano
en ese momento, pero así salió. Cuando Isabel, mi esposa, leyó la novela, me
dijo que niguna mujer en su sano juicio iba querer acostarse con ese personaje,
que no le gustaba el libro y que mejor sería que me dedicara a escribir novelas
policiales, ya que soy abogado y sé bastante de leyes, delitos, investigación
forénse, etc. Entonces me convenció de guardar esa primera novela en el baúl
de nuestro dormitorio y seguí su consejo de dedicarme al género policial. Pero
no puede dejar de pensar en el enano. El personaje se me quedó adentro.
Pregunta:- Nuevamente, como en otras de sus novelas policiales,
aparecen Samuel Hamilton el periodista,
Melba la dueña del bar y el escenario de China Basin de San Francisco,
¿por qué elige ambientar la novela en el mismo lugar y usar personajes ya conocidos?
Respuesta:- Porque San Francisco es una cuidad encantadora y
misteriosa, muy conveniente para la literatura. Es pequeña, tiene historia, hay
gran diversidad, cuenta con todos los elementos que yo necesito para ambientar
a mis personajes. Quiero que mis posibles lectores se familiaricen con la
ciudad y con mis personajes. Como dijo Thomas Wolfe, el escritor puede escribir
muchos libros, pero siempre cuenta una
sola historia. Mi personaje Samuel
Hamilton comienza como un vendedor de avisos en un periódico y en cada libro se
va desarrollando como ser humano. Melba, en cambio, es siempre la misma, no
crece de libro a libro.
Pregunta:-¿Cuánto hay de realidad y cuánto de fantasía en su
novela y en sus personajes?
Respuesta:- A Melba no tuve que inventarla. Ella y yo fuimos dueños
de un bar por 25 años, era tal cual aparece en mis libros, no tuve que
cambiarle ni un pelo. Otros personajes
se basan en personas reales, pero casi siempre los cambio un poco. Las
descripciones de San Francisco se ajustan lo más posible a la realidad.
Pregunta:- ¿Qué conexión hay entre el personaje Dusty Schwartz y
su padre?
Respuesta:- Metafóricamente
Dusty es mi padre. El era un predicador carismático y brillante, pero
torturado. Descubrí que por eso no podía
descartar al pobre enano de mi primera novela: me recordaba a mi padre.
Pregunta:- La novela transcurre en los años `60 en San Francisco, ambientada en el interior de las
comunidades beatnik y gay, ¿cómo sería una novela policial que transcurriera en la
época actual en ese lugar, qué habría de distinto?
Respuesta:-Recuerdo perfectamente los años 60 en San Francisco, no
me cuesta nada describir la ciudad como si estuviera paseando por ella en esa
época. Por supuesto que era un ambiente muy distinto al de ahora, pero siempre
fue de vanguardia, liberal, un poco extravagante. Hay muchos escritores que
cuentan esa época en San Francisco, por ejemplo Jack Kerouac y Tennessee Williams y entre muchos otros.
Pregunta:- El personaje del enano estuvo guardado durante años,
sin publicarlo, por sugerencia de su esposa, la escritora Isabel Allende. ¿Qué dijo ella
cuando usted le dijo que quería publicar un libro con ese personaje?
Respuesta:- Lo echó a la broma. Isabel sabe que al final siempre
me salgo con la mía. No le hice caso con
el enano y ella entendió que para mí era como una obsesión. Tantos chistes hace
Isabel en público sobre mi enano, que al final ha sido muy buena publicidad,
porque algunos lectores comenzaron a esperarlo. Confío en la fuerza de mi
personaje. Cuando publiqué Duelo en Chinatown en 2006 la gente me preguntaba si
era mi primer libro y yo explicaba que era el segundo, que en un baúl de mi
casa había otro sobre un enano pervertido, entonces todos querían saber más de
él.
Pregunta:- ¿Hay algún escritor norteamericano contemporáneo o de otro país que lo esté influenciando para
sus novelas?
Respuesta:- Yo diré que no. Los escritores que me influyen son del
pasado. Por
exemplo William Sommerset Maughm, Earl Stanley Gardener, Dashell Hammett,
Raymond Chandler, Conan Doyle.
Pregunta:- Y el cine ¿qué influencia tiene en sus obras?
Respuesta:- Antes creía que el cine no era importante en mi
escritura, pero pensándolo bien, me doy cuenta de que las películas en blanco y
negro, especialmente el Cinema Noir, han sido una poderosa influencia.
Pregunta:- La inmigración
es un tema recurrente en sus libros, ya que como abogado trabajó con los
inmigrantes defendiéndolos, ¿cree que sigue siendo un tema muy de actualidad?
¿incide eso a la hora de escribir?
Respuesta:- Era importante en los años sesenta y es más importante
en la actualidad, porque el número de inmigrantes hispanos ha aumentado mucho, las
condiciones han cambiado poco. El trabajador ilegal es la mano de obra barata
que esta sociedad necesita, pero es tratado como basura, ésa es la realidad.
Cuando hay crisis económica, como ahora, lo tratan diez veces peor. Los
empleadores están muy satisfechos cuando llegan los inmigrantes en busca de
trabajo, porque les conviene, les pagan menos que a cualquier americano, pero
cuando falla la economía les echan la culpa de todo y quieren deportarlos. Asi pasa en todo el mundo. Es una vergüenza.
(c)Araceli Otamendi - Archivos del Sur
crédito de la fotografía: Marcelo Lombardi - gentileza: William C. Gordon